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A través de la convivencia con caballos y talleres especializados, esta organización busca impactar en el tejido social desde la raíz: la infancia.

Su programa “Galopando por la paz” ha demostrado que los caballos no solo pueden asistir en procesos terapéuticos físicos, sino también convertirse en aliados clave para el desarrollo de la empatía y la prevención de la violencia.

La diferencia fundamental entre equinoterapia y equino desarrollo radica en su propósito final.

Mientras la equinoterapia se enfoca en tratar condiciones físicas o neurológicas como la parálisis cerebral o las dificultades motoras, el equinodesarrollo busca potenciar habilidades humanas, especialmente en el ámbito emocional y social.

“Galopando por la paz” es un claro ejemplo de esta visión: no se trata únicamente de subirse a un caballo, sino de usar la interacción con este animal para aprender a reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas.

Este programa está dirigido a niñas y niños de comunidades semirurales y rurales de Yucatán, quienes a menudo viven en contextos marcados por carencias económicas y problemáticas sociales.

A través de talleres vivenciales, se promueve la empatía como eje fundamental para la convivencia.

Como bien explica Hugo Espósitos, uno de los fundadores de Polo Angels Yucatán, desarrollar empatía significa dejar de ver al otro como enemigo o extraño, y comenzar a reconocerlo como un ser semejante.

Esta conciencia, adquirida desde la infancia, es un antídoto directo contra la violencia.